Por lo que pudimos ver, tenía varios días con una aleta enredada y por lo tanto no podía nadar por mas esfuerzos que hacía.
Regresamos por ella y la levantamos, para quitarla de su trampa.
Estaba un poco lastimada, pero nada grave.
Una vez libre, la soltamos al mar y se fue, nadando tranquilamente, agradecida...
Muy gratificante experiencia, de verdad...



No comments:
Post a Comment